Podría empezar esta etrada del blog haciendo una intriducción sobre la creación y vida de la tipografía Helvetica, explicando el por qué de su evolución (o falta de ella), pero cero que estos datos podría consultarlos cualquiera que posea un ordenador con conexión a internet y ganas, simplemente buscando Helvetica en un buscador. Por el contrario, me limitaré a exponer mis ideas e impresiones sobre esta tipografía.
En la época que nos ha tocado vivir, donde el diseño y la publicidad nos bombardean desde cualquier esquina y en cualquier formato y soporte, parece lógico pensar que existen infinidad de diseños, todos diferentes, y acordes a la idea del creador. Pero si miramos en la mayoría de los diseños, ya sean de portadas de discos, cubiertas de libros o marcas corporativas de aerolíneas, nos encntramos un referente común: HELVETICA. Hace ya más de 60 años que se creó esta tipografía, pero el tiempo no pasa para ella, se ha convertido en el referente de muchos diseñadores a la hora de componer y plasmar sus ideas, "sacarlo" del interior de su mente y reflejarlo en algo físico.
Tras escuchar las opiniones de varios diseñadores y tipógrafos, se ha llegado a la conclusión de que esta tipografía es extremadamente difícil de mejorar. Se ha intentado varias veces, pero no se sabe por dónde empezar, porque funciona bien en cualquier situación y circunstancia.
Para concluir, me tomaré la libertad de "plagiar" el estilo de un anuncio publicitario de hace unos años para resumir los aspectos de esta tipografía según la película Helvetica, de 2007.
Helvetica no es tipografía; helvetica es emoción.
Helvetica no da rodeos, no adorna; helvetica es directa.
Helvetica no se aprende, no se estudia; helvetica se vive desde el inicio.
Cartel promocional de la semana de producción 2010 en el IES Puerta Bonita
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